En un taller de fotografía, tomé esta imagen de un póster viejo pegado en una pared, ya roído por el paso del tiempo. Algo se alcanza a leer, claramente se distingue de qué se trataba el póster.
La misma sensación me quedó con el estado actual de los Derechos Humanos, al parecer han pasado al olvido y están tan roídos como el póster de la pared.
Canon T7i – 24mm 2,8
Apertura: f4,6
Obturador: 1/80
ISO: 100