Cerca de Teno existe un lugar lleno de cerezos, que es custodiado por un gran perro guardián. Pero a quienes él conoce, los llena de cariño con su tremenda envergadura.
Tratar de fotografiarlo fue un reto, ya que no se quedaba quieto, sólo quería que lo acariciaran y se acurrucaba en las faldas de las personas. Al final salió esta hermosa foto.
Canon T7i – Sigma 17-50 f 2,8
Apertura: f 2,8
Lente: 17mm
Obturador: 1/100
ISO: 1600