Dos eventos masivos, similares pero diferentes, ocurrieron la semana pasada, que marcaron la pauta de los medios de comunicación.
El miércoles se realizó la marcha #NiUnaMenos, en donde la mujer, una vez más, levantó la voz por sus derechos, ni más ni menos, el derecho a no ser asesinada. Obviamente, los hombres trataron de apocarla, trataron de quitarle méritos, trataron de hacer lo posible por hacer invisible una realidad que nos golpea, y que somos los mismos hombres, los principales responsables de las muertes.
El domingo fue la Elección Municipal, baja participación a excepción de los adultos mayores. En la enfermería de uno de los colegios de Recoleta, lloraba una señora mayor y contaba su historia. Ella quería participar y votar en estas elecciones, en su casa, con dos vehículos, el marido no quiso trasladarla al colegio, el hijo tampoco y le dijo que fuera en Metro.
La violencia en contra la mujer se manifiesta por parte de los hombres de muchas y variadas manera, ya sea el vil asesinato, como el ninguneo por su sentido cívico.
¿Qué cresta pasa por la cabeza de los hombres?